En el Kama Sutra, todo lo que hace un hombre para dar placer a una mujer es llamado el “trabajo del hombre”. Estas acciones se describen con mucha atención en el libro, ya que se considera que la excitación previa es fundamental para despertar el deseo y que la relación alcance las máximas cotas de placer. Aunque están pensadas para que las realicen los hombres, esto no significa que la mujer deba estar pasiva, sino todo lo contrario: ellas también pueden ponerlas en práctica, e incluso cuando no son las que llevan la iniciativa, no deben quedarse quietas, sino participar en la obtención de un placer mutuo.
Antes de comenzar con las acciones descritas en el libro, el Kama Sutra recomienda llamar la atención de nuestra pareja y despertar su deseo sutilmente. Para ello, podemos desabrochar un botón o una cremallera de su ropa y empezar con unas suaves caricias en zonas como la nuca, el cuello, los hombros o el lóbulo de la oreja. Si ella esta receptiva, podemos continuar por zonas más erógenas, como los pechos y la cara interna de los muslos, mientras la vamos desnudando y nos quitamos nuestra propia ropa. Si no está muy receptiva o todavía no hay mucha intimidad sexual porque no habéis tenido muchos encuentros, debes ir más despacio, dejando tiempo para que se excite. En este caso, puedes acariciar el pelo y la nuca y, con cuidado, prueba a colocar una mano sobre sus muslos. Ponla primero cerca de las rodillas y después más arriba, según vayas notando que los signos de excitación aumentan.
A continuación, en el libro se describen algunas acciones que el hombre puede hacer parta estimular la zona externa de losgenitales femeninos, antes de la penetración. Una vez que los dos estéis desnudos, puedes comenzar acercando tu pelvis para que los genitales de ambos entren en contacto. Después, mueve tu pene con la mano para ejercer una suave fricción por toda la zona genital externa de tu pareja. Golpea la parte superior de la vulva con el pene y frótalo contra la parte inferior. Además, puedes presionar toda la zona de la vulva con el pene, sin llegar a penetrar. Con ello te asegurarás de que has activado su deseo, haciendo que se muera de ganas de pasar a la penetración y a todo lo que vuestra imaginación os dicte.
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