En la actualidad, muchos hoteles cuentan con un servicio de masajes que podemos aprovechar durante nuestra estancia en ellos. Lo más frecuente es que este servicio ofrezca distintos tipos de masajes, dependiendo de los gustos y las necesidades del cliente. Si el hotel cuenta con una zona de spa la carta de masajes suele ser más amplia, pero lo más frecuente es que también podamos elegir entre diferentes tipos cuando se trata de un masajista que presta sus servicios como parte de la plantilla del hotel.
Para elegir el tipo de masaje que mejor se ajusta a nuestras necesidades, lo primero que debemos tener en cuenta es los efectos que queremos conseguir. Si estamos pasando un fin de semana o un puente en un hotel tranquilo para olvidarnos del estrés, la mejor opción es comenzar nuestra estancia con un masaje relajante. De esta forma, conseguiremos dejar a un lado las preocupaciones y empezar el fin de semana descansados y relajados. Además, como después del masaje no tenemos que volver a nuestra rutina, los efectos del masaje serán más intensos y nos proporcionarán un bienestar mayor. El segundo día de nuestra estancia podemos optar por un masaje de fines estéticos, como por ejemplo un masaje drenanteo uno reductor. Muchas veces, los masajes estéticos son vistos como algo innecesario o superficial, pero lo cierto es que tener una buena imagen de nosotros mismos y estar contentos con nuestros aspecto es clave para sentirnos mejor. Por último, antes de que acabe el fin de semana podemos elegir un masaje revitalizante que permita que recarguemos las pilas antes de volver a la rutina.
Si nuestra estancia en el hotel se debe a que estamos haciendo turismo y disponemos de varios días, lo mejor será invertir el orden anterior, comenzando con un masaje energético y acabando con uno relajante antes de volver a casa. De esta forma, conseguiremos llenarnos de energía para el desgaste que suponen los viajes, pero a la vez volver relajados y sin estrés. En los casos en los que la estancia se deba a motivos laborares, lo mejor será ir alternando los masajes relajantes con los energizantes en función de las obligaciones que tengamos cada día y del ritmo de trabajo. En estos casos también podemos optar por masajes estéticos, ya que tener una buena imagen nos ayudará a tener confianza en nosotros mismos para afrontar los retos laborales.
